jueves, enero 12, 2006

FABULA DE METRO

Y entre los laberintos de las nuevas estaciones del metro de Santiago me encontraba, esas que son orgullo de ministro y alcaldes, de gran utilidad para los ciudadanos de día y buen abrigo para vagabundos, cesantes y niños abandonados de noche, que se acurrucan uno al lado del otro para capear el frió cordillerano de la capital. En ese metro estaba, pensando en subversiones varias cuando suben un par de adolescentes muy cool , muy capitalinos que se sientan frente a mi en estos asientos naranjos que te obligan a encontrarte con el otro o mirar las lucecitas que como un flash pasan por el oscuro túnel. Siguiendo esas luces estaba, cuando no puede dejar de inmiscuirme en el llanto furioso de esa adolescente, mirando con odio a su acompañante, que con cara de “mea culpa” escuchaba el rosario de acusaciones de la chica. Él apenas la interrumpía, improvisando un “yo confieso”, que empeoraba las cosas. El ruido del metro y la vergüenza ajena no me permitieron escuchar su dialogo íntegramente, pero ¿para que?, si el piercing en la lengua de esa mina se fundía con el veneno de sus furiosas palabras y el pendejo se agarraba la perforación el la oreja todo nervioso resignado al descubrimiento de alguna verdad que en su pubertoso caminar pensó que quedaría sellado en la boca de alguna amiga “con cover”. Típico, quien no a estado en esa, quien no a dicho “!como pudiste!” quien no ha dicho “!como pude!”, típico.
Y pasamos como 5 estaciones, tan nuevas, tan posmodernas, y ellos eran tan, alternativos, tan hardcore y Santiago tan contaminado y deprimido y aun así nos alcanzamos a ver como amados y amantes en algún fragmento de historia de estos habitantes que suben y bajan de los vagones. Así me regalaron una pequeña fabula urbana: cuando ella bajando intempestivamente por una puerta y él ya agotado de tantas disculpas se baja por otra cuando la puertas ya casi se cerraban, el metro sigue su cuncuneante ir y venir, alcanzo a verla empujando a ejecutivas aburridas y oficinistas deprimidos, caminando no se adonde. Y me di cuenta que tenían solo dos posibilidades, o caminaba juntos a la “salida” o uno de ellos caminaba al “no pasar, solo cambio de anden”. No hay otra posibilidad en el metro: sales o te cambias de andén.
Tal vez el metro y el amor se parecen.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

HOLA!!! BUENO, ME ENCANTA COMO ESCRIBES Y LO QUE ESCRIBES. ME GUSTA MUCHO TU BLOG... Y SI, TIENES RAZON, EL METRO Y EL AMOR TIENEN SON DEMASIADOS PARECIDOS!
UN BESO Y UN ABRAZO.
<*JOCE*>

Anónimo dijo...

si el metro y el amor se parecen... si no lo tomas te deja no mas...

·Felipe Choque· dijo...

Es Divertido cuando encuentras analogías gratuitas en la cotidaneidad, sobre todo si no las andas buscando. Aunque se puede destacar la diferencia, claro, de que el metro es relativamente facil de tomar. Pero si hablamos exclusivamente de las salidas, ya me parece que tienen más similitudes.

Claro que te faltó, como dijiste al inicio, mencionar a los niños abandonados y vagabundos que no se cambian de andén ni se van, sino que se quedan ahí resignados o asustados, ó etc.

:D

Anónimo dijo...

Es ahora ... es el momento... subete !!!!
si no es tanta la diferencia... sólo son 7 estaciones (primarveras)...

Eso si, cuidado con las relaciones adolescentes, son peligrosas.

cuidate !
buena analogía,..

bye

Anónimo dijo...

por algo será esa analogia. Yo pienso que debes subirte al metro o mejor dicho al amor... atrevete!

Anónimo dijo...

Insisto me impresiona tu estilo, no es solo descriptivo sino que tambien muy social. Asi empiezas la cronica aunque igual despues te cambias de andén y pasas a la analogia con el amor. Y creo que tienes razon hay muchas similitudes; si tienes miedo y no lo tomas lo pierdes, siempre hay terror tanto al subirse como al bajarse. Hay un dicho que dice ¿que aprende un hombre que escapa de lo que quiere? y la respuesta es nada pues nada aprende.

Anónimo dijo...

si aprende... aprende a no volver a escapar.. bueno de echo tambien aprende algo.. aprende a escapar !
siempre se aprende.. no existe el no aprendizaje.. tampoco la no experiencia !... que cuatico !

Anónimo dijo...

Hola JP:
Excelente crónica; me parece que tienes mucho talento, y fue un gusto darme el tiempo de leer con calma parte de tu blog.
Espero que esto siga en alza.
... Y sí, el amor y el metro se parecen, como la vida misma: te subes a ella y de ahi no sabes qué pueda pasar antes de llegar a tu destino.

Anónimo dijo...

pero ¿cual es el destino?....¿cual es la finalidad?...al final no sé lo que hay...pero ¿existe un fin?...¿será el amor?...llegar a sentir un amor verdadero...pero si eso se logra ¿que hay despues?...que aburrido sería vivir si todo acabase allí...(parece que me estoy metiendo en un cuento extremadamente existencialista...sin respuestas...sin certezas...jejeje)pero wueno....creo que el amor se vive...no creo que sea un fin..por eso me pregunto ¿que pasa con el proceso?...se supone que ahí nos encontramos en el amor (en-amor-a-dos)...sentimos que es amor y que estamos rodeados de amor...por lo tanto me conformo con la idea de que esto no tiene fin...no tiene un destino definido....

estoy de acuerdo con Jorge (no existe la no conducta)...ah...saludos JP...

un beso

Katy

Monicaatje dijo...

Increíble!! no te conocía el lado literario pero me has dejado fascinada...
Por qué con tanto talento y genialidad posteas tan a lo lejos??
Sigue con los buenos trabajos, no tengo má spalabras pero si las tuviera serían todas de felicitación y admiración ;)
Saludos!!

Anónimo dijo...

Cool blog, interesting information... Keep it UP » »

Anónimo dijo...

Excellent, love it! »